domingo, noviembre 25, 2007


A veces es mejor guardar los sentimientos dentro de un baúl y no abrirlo, nunca, jamás hasta olvidarte, en el fondo de tu corazón...
"uuuuuu!!!! necesito una buena conversación, con un rico traguito!!! aunque mas que nada con alguien especial!!!!"

miércoles, noviembre 21, 2007

Amor a destiempo...

Amor a destiempo...


Hay una historia escrita en el libro del amor, una historia que conforman dos seres que no conocían el amor verdadero, hay quienes se preguntan el amor existe?... Yo se que si porque lo he palpado lo vivo y se que es sencillamente maravilloso...

El verdadero amor duele, duele porque cuando se ama profundamente, no falta que obstáculos se presenten en el camino, con enorme tristeza nos percatamos que un amor a destiempo no puede realizarse, puesto que se ve envuelto en un sin número de detalles que pueden dañar a terceras personas...

Lo cierto es tomar conciencia de todo lo que esto significa y no dejarnos llevar solo por nuestros sentimientos ya que esos, pasan a segundo plano... Sentimientos que por mas que tratemos serán dolorosos olvidar no es fácil...

Amar tampoco porque para llegar a esa profundidad hay que caminar un buen trecho especialmente no solo recibiendo sino dando lo mejor de nosotros mismos, conocer a ese ser que tanto nos interesa aceptando y aprendiendo a amar hasta sus defectos...
Porque somos seres imperfectos reconocer sus grandes virtudes y la nobleza de su alma con todo eso llegamos a un punto en el que no sabemos vivir sin esa persona, no sabemos otra cosa que pensar en el o ella las 24 horas del día...

Y como resultado a esa complicada ecuación el anhelo mas grande es querer estar a su lado ver y vivir por ese ser y para ese ser sin voltear nuestra mirada atrás, porque haciéndolo nos damos cuenta que no nos corresponde, no podemos estar con ese ser que tanto amamos y admiramos y por ende respetamos...

Porque la vida se torna injusta?, porque un amor a destiempo no puede realizarse?, lo único que queda es vivir de todos esos hermosos recuerdos que aunque duelan y no llenen nuestra existencia nos dejo una gran enseñanza darnos cuenta que estamos configurados para amar para dar y recibir amor...

Demostrarlo permitiendo que la otra parte logre realizarse aun con lo que posee porque no podemos tener todo en la vida aunque lo merezcamos ciertamente estamos a destiempo...
Todas las melodías que fueron tan nuestras son las que me acompañaran en la vejez y al escucharlas reviviré tan bellos momentos que a su lado compartí, momentos que serán inolvidables...

Buscare el amor en la naturaleza, en la vida misma en la gente que me rodean... En ese sol, en esa luna y en todas esas estrellas que me recordaran algo sublime y en todo eso que Dios nos da cada día valorando que Dios es grande y algo nos aguardara para compensar la tristeza de no tener lo que tanto amamos...

Estos sentimientos no caben en letras ni en líneas, sólo caben en mi corazón, y es él, el que te quisiera poder transmitir lo que siente. Sólo te diré tres palabras más: Te amo infinitamente...


lunes, noviembre 19, 2007

Lágrimas tibias...








Como quisiera que las estrellas no existieran por que cada vez que las veo, figuro en mi mente abstracta tu cuerpo. Si tus lágrimas hablaran, me dijeran cuan arrepentidos están tus ojos de ver como de tu corazón se desjiran retazos para cubrir mis errores...


Si bien, se que no poseo el arte de poder enamorarte con palabras sin sentidos, pero se que mi corazón estará dispuesto a gastar hasta la última gota de combustible para poder llegar a tus marcos...


Cuan maldita es la vida sin tu sombra, sin tu aliento, sabiendo que el invierno se lleva todo tu calor y me deja en la penumbra de un glaciar lleno de lobreguez donde tus delineadas cejas desaparecen de mi mente, tus caderas posan para el viento y tus pasos se encuentran con la distancia...


¡Magnánima soledad!... Solo tu me abres tus brazos y recibes en tu ignorancia... ¡No mas al amor!, ¡Se han ido los sentimientos! ¿Qué mas da?... Que sin ti, solo deseo un viaje sin regreso al féretro que me llevará al sepulcro...


Perdóname vida, perdóname luz...


Hoy es ayer, y el ayer nunca existió, por que ella nunca me amo...



Si yo pudiera...


No quiero morir en tus recuerdos, ni ser parte de tu pasado, quiero vivir en tu presente y esperar estar en tu futuro...Quiero compartir mi vida contigo y caminar diariamente a tu lado, estar en las buenas y en las malas a tu costado...Anhelo un día hacer votos contigo y estar siempre a tu cuidado, ser la sonrisa en tus labios y el enfoque a tu mirada...Escuchar tu voz cada mañana y dormir entre tus brazos, sentirme protegido nuevamente y contar con tu abrazo...Quiero ser yo el motivo de tu desvelo y envolverte con mis caricias, ser el destino de tus besos y tú el de los míos...Pero aún espero que decidas si en verdad vale la pena o realmente mi amistad es lo que deseas...Aunque mi corazón se aferra a ser tu amor latente, mi razón debe comprender cual sea tu decisión...Es una oportunidad la que te pido, pero no puedo prometer no fallarte, porque para eso necesitamos caminar juntos, pero si puedo asegurarte que nunca dejaré de amarte...






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Si tuvieras un segundo para mí, si pudiera demostrar lo que siento por ti, si pudiera robarte una sonrisa, una caricia, si estuviera en tu corazón, si tan solo pudiera formar parte de tu todo...Yo... yo cambiaría el mundo, yo volaría, yo te protegería, y finalmente mi vida daría por ti y todo esto es simplemente porque...
Te Amo...

sábado, junio 24, 2006

Inocencia perdida...




Inocencia Perdida...


A mis 8 años, cada 24 de diciembre era el día más deseado, la expectativa ansiada por hacerse realidad. Todo un año de espera, buen comportamiento y amenazas frías de parte de mi madre.Con mis escasos conocimientos de la ortografía, me adentraba en la imaginación premeditada creando un testamento de peticiones que coqueteaban algunas veces con un carrito de hojalata, un soldadito de plástico, o me disparaba airoso en busca del disfraz de vaquero de mi héroe predilecto con sus dos pistolas plateadas que hacían juego con la estrella de sheriff, que pendía autoritaria en su pecho de invencible, y alguna que otra cosita, que el Niño Dios, por mi buen comportamiento, me traería como premio. Inocencia que anidaba en mis ojos de niño.Para mí, en el cielo, hogar del Niño Dios, había una montaña de juguetes acumulados en espera de la navidad y de mi ansiosa cartita, que algún Ángel, por mandato del Niño Dios, tenía que leer y cumplir sin chistar. Arrogancia infantil en medio de la inocencia.A pocas semanas de la navidad, me encontraba jugando en el traspatio de la casa, correteando con mis amigos del barrio, cuando decidí compartir la espera con uno de ellos. Entusiasmado y con la certeza de lo inculcado por costumbres, le pregunté qué le había pedido al Niño Dios. Hubo unos cuantos segundos de silencio.― Y tu, ¿de qué estas hablando niño? –me dijo, mientras pateaba el suelo y agachaba la cabeza con desatino. Le solté el paquete a como me lo habían mostrado. Le hablé del Niño Dios, de los niños bien portados, como yo, y de los regalos con que seríamos premiados.― ¡Ej...! Yo no sé de eso, mi Abuela nunca me ha dicho nada de ese tu Santo Niño –mi amigo se quedo ido, perdido en su pensamiento–. La verdad es que nunca me han dado juguete alguno.― ¿Y porque no le hacemos una cartita con tu nombre al Niño Dios? –le pregunté entusiasmado.― Sí, de verdad, tenes razón –en eso, sus ojos se perdieron en la confusión.― ¿Qué té pasa? –le pregunté.― Es que... –y se metía en el silencio atónito otra vez.― ¡Y?! ¿No es que somos amigos?― Sí –me dijo―. Pero me da vergüenza. ¿Júrame que no te vas a reír de mí?― Lo juro.― No le digas a nadie o te vas al infierno.― No sé leer –mientras cerraba los ojos avergonzado–. Dice mi Abuela, que la escuela es pérdida de tiempo, que nacimos pobres y entre más rápido nos demos cuenta, más fácil se nos hace la vida. Al terminar tenía sus ojos negros, lagrimosos, bajo una oscurana de tristeza y lodo.― No te preocupés, yo te voy a ayudar.Después de jugar, estando ya en mi cuarto, emprendimos la tarea de redactar la esperanza infantil en un mundo de adultos. No quiso pedir mucho, era la primera vez y no quería que el Niño Dios pensara que era muy lagarto. Además, no se acordaba bien si se había portado bien, porque su Abuela, le pegaba mucho y le decía que era un vago, un haragán y muchas cosas feas que le daban ganas de llorar. El contenido de la carta era, un par de líneas, muchos borrones, varios errores ortográficos y una imaginación que aleteaba por primera vez sus esperanzas de recibir un poco de lo anhelado. Al caer la tarde, escalamos el muro que da a la pared del excusado de la casa de su Abuela, y al llegar al techo, pusimos la carta, sostenida con un trozo de teja de barro que llevaba en la bolsa de mi pantalón. Nos quedamos viendo, maravillados por el momento de la ilusión, y sin esperar motivo, nos pusimos a reír. Por la noche al rezar, señalaba con tristeza al excusado, reclamando al Niño Dios, que hacía más de una Semana, mi carta se la había llevado, pero la del amigo, aun pendía del tejado. La carta cambio a un color amarillento, empezaba a deteriorarse y a pedazos, el viento se la estaba llevando. El día anterior a la noche buena, llovió, llovió con la fuerza de un vendaval, y fue así, entre relámpagos y truenos, que la lluvia arrastro lo que quedaba de la carta. Muy adentro de mí, creí, por lo que me habían enseñado, que el Niño Dios, de esa forma se había hecho cargo de la cartita de mi amigo. El día tan esperado llego, amaneció húmedo, un poco de frió rondaba calladamente el pueblo, era otro año, igual a los de siempre, donde se cumplen al pie de la letra mis peticiones al Niño Dios. A ojos cerrados, podía encontrar al borde de la cama los juguetes ya soñados. Casi al medio día escuche la voz de mi amigo, que venía desde la calle. Salí corriendo, juguetes en mano lanzando la pregunta con ansias retrasada.¿Qué paso? ¿Te trajo el Niño Dios los juguetes? No dijo nada, atornilló sus ojos en mi corazón y de un golpe me estremeció.― ¿Ves ésto? Y seguido mostró su espalda llena de moretones.― ¡Yyyy...! ¿Qué te pasó? –logré balbucear.― ¡Esto! –me dijo con lágrimas en los ojos–. Esto es, lo que tu Niño Dios me dejó, y por tu culpa.― Pero... ¿qué estas diciendo?― Tiene razón mi Abuela, sólo a mí, se me ocurre creer en esas tus tonteras.― ¿Cuáles tonteras?― ¿Ah, sí? Explícame, por qué cuando me desperté y al buscar abajo de mi litera, los regalos, que según tu, tu Niño Dios, me iba a dejar, no encontré más que mis sandalias viejas. ¿Ah? Y cuando fui para donde mi Abuela, a preguntarle qué es lo que había pasado con mis juguetes, sus ojos casi se le prendían en fuego de la arrechura, y me dio un manotazo en la cara, que casi me arranca la cabeza del pescuezo. Lloraba con rabia, mientras un surco lodoso se le formaba en sus mejillas. ― Pero no creas, que con eso se conformó. Mi Abuela es especialista pues eso fue sólo el principio. El resto, ¡Mirá! ¡Mirá! Y me mostraba otra vez su espalda lastimada. Las preguntas hacían un nudo que se entrelazaban por todos lados, impidiéndome encontrar el principio o el final de todo esto. Y así, emprendí el regreso a mi casa, con la tristeza de mi amigo, clavada en mis ojos...
A veces la inocencia infantil se pierde de la forma menos esperada...

jueves, junio 22, 2006

Las Lagrimas de Bethzave...



















Las Lagrimas de Bethzave...



Su cuerpo
reposaba sobre un lecho de pétalos de rosas ya marchitos por el frío, sus hermosos ojos azules contemplaban fijamente una pintura de Cristo elevándose al cielo, en una mano sostenía una filosa navaja bañada en sangre, y en la otra mano la huella de la profunda cortada que ponía fin a su existir...

Una noche soñó que podía volar, soñó que la distancia no seria problema para estar al lado de su hombre amado, soñó que estaba en sus brazos y el dolor no era mas dolor, soñó que su soledad no era mas su amante. Despertó con lágrimas en los ojos y el corazón hecho pedazos...

De rodillas le pedía a Dios fuerzas para seguir viviendo, sus labios no conocían la pasión, pero su corazón conocía muy bien la agonía del desamor, conocía de tragedia, conocía de soledad, conocía el aroma del sufrimiento, pero no sabía porque tenía que pasarle a ella...

Bethzave tenía un rostro angelical y un cuerpo que muchas modelos envidiarían. Solía sentarse semidesnuda al borde de su balcón a contemplar la gente pasar, nadie notaba su presencia, hubiera querido gritar pero sabia que nadie la hubiera oído...

Por las noches contemplaba las estrellas, podía sentir que alguien la observaba, su cuerpo se estremecía con cada lágrima que escurría por sus mejillas, podía sentir como si a lo lejos alguien le acariciaba el rostro...

Ahora sus restos yacen olvidados en una iglesia abandonada a las afueras de la ciudad, los buitres devoran sus entrañas, los gusanos se reproducen en su interior, el frió de la muerte su belleza consumió...

El alma de Bethzave deambula por el mundo asesinando cruelmente a quienes la ignoraron, por donde pasa derrama sus lágrimas, las cuales queman la tierra y envenenan el aire. Su odio por la humanidad es el aliento que continúa su existir después de la muerte...

Aun se detiene a contemplar las estrellas imaginando el rostro de su amor verdadero, imaginando lo que no pudo ser, recordándose porque odia al mundo y a sí misma...


"Este amor me esta ahogando completamente..."